Pláticas con una headhunter (Parte 1) por Lérida Jerez

En la lista de cosas intimidantes que se tienen que hacer por lo menos una vez en la vida, se encuentra pedir un trabajo por primera vez (y puede que la segunda, tercera y cuarta ocasión que lo hagamos siga siendo intimidante).

Algunos piensan que es una situación que está fuera de nuestro control. Serás pesado, medido y evaluado para saber si eres la persona correcta para el puesto y no hay nada que hacer. Otros tantos piensan que pueden moldearse de acuerdo a lo que ellos creen que es necesario para conseguir el trabajo. Al final del día, una mentirita blanca nunca hizo daño, ¿no?

Algunas Womerang nos sentamos a conversar un rato con una experta en reclutamiento que cuenta con más de 17 años de experiencia a nivel nacional e internacional, para que nos diera tips, consejos y dictara algunas verdades sobre el proceso de buscar trabajo. Esto fue lo que nos compartió:

  1. Descubre tus habilidades y tu motivación

Si no te apasiona lo que haces, no va a salir bien. Puede que sea el consejo más viejo del libro, pero no por eso deja de ser verdad. El que disfruta lo que hace no trabaja un día de su vida, y no hay razón para que no consideres este factor desde que pides tu primer trabajo.

Es importante ser franco con uno mismo y aceptar las razones por las que buscas trabajo. Tal vez es el primer paso del plan que tienes para tu carrera profesional, o lo que quieres es viajar un año por Europa y necesitas el dinero, tal vez sólo quieres mostrar que no estudiaste la carrera en vano. Independientemente de cual sea tu razón, y si quieres o no compartirla con los demás, saber qué es lo que te está llevando a buscar un trabajo te permite tener metas claras sobre lo que quieres obtener de él.

  1. Encuentra tu lugar

¿Qué quieres hacer? ¿Cuál es tu área? La mayoría de las personas se gradúan con conocimientos generales del campo que estudiaron. Sin embargo, al momento de buscar un trabajo, es necesario ser un poco más específico. Digamos que sientes una inclinación por la comunicación, pero lo que puedes hacer en esta área es muy variado: edición de videos, relación con medios, comunicación interna, comunicación corporativa, mercadotecnia, publicidad, redes sociales etc.

Una vez que decidiste el campo específico es momento de encontrar las empresas que tengan en su estructura un área relacionada con aquello que te interesa. Valora las opciones, manteniendo el ejemplo de la comunicación: una empresa que vende productos al público general dará más importancia a su comunicación externa en comparación a una empresa que manufactura productos por encargo.

  1. ¿Empresa grande o pequeña?

Cada una tiene sus ventajas particulares.

Una empresa grande te permitirá convertirte en un experto en un área específica. Te dará la oportunidad de trabajar dentro de una estructura robusta en donde puedas desarrollar habilidades como trabajar en equipos grandes. Y, por supuesto, nadie puede negar lo sexy que se ve un nombre como Coca Cola Company en un CV.

Las empresas medianas o pequeñas no cuentan con esta estructura, lo que puede darte la oportunidad de meter la nariz en varias cosas, algunas muy cercanas a tu área, otras tal vez no tanto, pero esto dejará que desarrolles aspectos que tal vez nunca habías considerado en tu carrera.

  1. Sé honesto en tu currículo

“Hablar con la verdad, ser bien abierto y bien honesto, sin manipular información” es uno de los consejos que nos dieron. No omitas un trabajo por breve que haya sido tu estancia, ni engrandezcas tus puestos, mantente en los hechos y datos concretos de lo que ha sido tu vida laboral hasta el momento. Recuerda que es mejor decir la verdad que decepcionar una vez que te entrevistan.

  1. La mejor parte de tu CV es tu trayectoria laboral

Puede ser que te sientas tentado a incluir tu misión, valores, habilidades, hobbies, la escuela donde estudiaste la primaria, pero, al final del día ,el verdadero protagonista de tu currículo no es otro más que tu trayectoria laboral.

Debes ser lo más preciso que puedas: el nombre de la empresa, el tiempo que pasaste ahí, cuáles fueron tus actividades, a qué se dedica la organización. Sé claro y conciso, pero procura retratar todas las cosas que ganaste al estar ahí.

Por supuesto que tu educación universitaria también tiene un lugar especial. Recuerda mencionar cosas importantes como posibles intercambios en el extranjero.

Otra cosa que nos dejó muy en claro: eso de que tu CV no puede tener más de una hoja es una leyenda urbana.

  1. Hablemos de dinero

Tal vez te presentaste a una entrevista de trabajo y te ofrezcan menos dinero del que crees que justifica el puesto. Definitivamente esto puede negociarse, pero hay que tener en mente que es un tema delicado y la manera en que lo tratas dice mucho de ti.

Recuerda que aunque tú estés perfectamente consciente de tu valor, también hay que darle la oportunidad a tu nuevo empleador de que lo descubra. Un buen punto medio es estipular indicadores que muestren tu desempeño laboral y, si son satisfactorios, alcanzar un aumento en el sueldo.

(Espera pronto la Parte 2)

Lérida Jerez es periodista, escribe ficción a veces para olvidarse de la realidad y apoya a organizaciones que trabajan por el bien común.

Why it is so important to change women’s traditional role model? by Yadira Chapa

(Español al final)

I’m a woman, a daughter, a wife, a friend and I’m also a mom, and I love to work. I love to wake up every day and dress in office clothes and live the dream of being sit in front of my computer and saving the world. I’m a systems engineer. I’m a working woman, not a working mom or a working wife. I have embraced myself before any role I play.

As I started writing this, I question myself why to write about this. Why it is so important to change the role model? Is this really the best decision? Would it be better to take care of my own kids all day, read more to them, be sure they have healthy food all the time? Do I not love them more than anything? … more than this job? The answer is yes for sure. I love my kids more than my office. Spending time with them gives me so much happiness, but I want for them the best mom they can have and, for that, I need to be the best person. Learning and developing myself is how I build the best and happiest version of me. We need to look for a system to give women equal opportunities to develop their professional and personal lives.

In our traditional family role models, women play the leading role. We are in charge of the house chores and our kid’s lives. But as we look and achieve equality at work (same pay, and opportunities as our male colleagues), we need to look and achieve equality at home. For this, there is no government or international polices that can help us. We need to drive the change by ourselves. Women and men need to share the house/kids chores. Women and men are both parents.

Women need to be supported. Responsibility should be shared. I would not be able to develop a career if I just receive help. Help is good, but is not enough. We need a complete supportive system inside and outside home, and as more men request time off for kid’s doctor’s appointments, for example, we will be pushing the system. If companies start having requests for parenting activities (conference with teachers, sport games, doctors, etc.) from both women and men, this system will be built with equality, without caring if we are one or another.

Being a mom of 3 girls under 5 years old, is a complex equation. It is clear I cannot play all the roles at the same time considering many variables. Flexibility is the key word, and should be understood and supported by those in it, my daughters, husband, and boss/company for example. I cannot have and give everything at the same time. Sometimes my kids will get sick and I will need to use office hours to take care of them, or I will need to do a business trip and my family will miss me, or maybe my work and mom duties will take all my energy and time, and my husband will only see me sleeping. My daughters cannot have extracurricular activities during the week, and I don’t expect to have enough time for relax. Our spare time is tight.

I have 40 hours by year for personal time at work (we all have it; women and men) and I also can work from home if I need it. I have all the support from my boss. My husband is responsible for preparing and packing the lunches for our girls. We also pay for some services like before/afterschool day care and house cleaning because our time is limited. I have lost my perfection, I let other people be in charge and do it in their best way. My daughters choose their own clothes and dress themselves. My husband does the shopping. I’m honest with my boss when I cannot take more projects, I do not manage and supervise everything, and so I can enjoy all.

I have found my spot to be happy, enjoy my family, and grow professionally and personally in current time. I push from my spot for more spaces for professional woman. My three daughters are being taught by example that they can have a profession, and a family at the same time. They just need to believe their dream is worth the effort!

Yadira Chapa is Systems Engineer, mom of three girls aged 5, 4, and 1 year old, she loves nature, eating chocolate and stroll with the family.

—–

¿PORQUÉ ES TAN IMPORTANTE CAMBIAR EL ROL QUE TRADICIONALMENTE SE NOS HA DADO A LAS MUJERES?

Soy mujer, hija, esposa, amiga y también soy mama, y me encanta trabajar. Me encanta despertarme cada día y vestirme con ropa ejecutiva y vivir el sueño de sentarme frente a mi computadora y salvar al mundo. Soy una ingeniera en sistemas. Soy una mama que trabaja, no una empleada que es mama, ni tampoco una esposa que trabaja. Me he abrazado a mí misma antes que a cualquiera de mis roles.

Al empezar a escribir este artículo, me pregunto el porque debo hacerlo. ¿Porqué es tan importante cambiar el modelo a seguir? ¿Es ésta es la mejor decisión? ¿Sería mejor hacerme cargo de mis niñas todo el día, leerles más, asegurarme de que coman comida saludable todo el tiempo? ¿Acaso no las amo más que a nada en el mundo? … más que a este trabajo? Por supuesto que la respuesta es si. Amo a mis hijas más de lo que amo a mi trabajo. Soy muy feliz al pasar el tiempo con ellas, pero quiero para ellas la mejor mama que puedan tener y, para ello, necesito ser la mejor persona que pueda ser. La manera en que construyo la versión más feliz y mejor de mi persona es precisamente aprendiendo y desarrollándome en lo personal. Necesitamos buscar un sistema en el que se le pueda dar a la mujer las mismas oportunidades para desarrollarse en su vida profesional y en su vida personal.

En los roles tradicionales de familia somos las mujeres quienes desempeñamos el rol principal. Somos nosotras quienes estamos a cargo de las tareas de la casa y de la vida de nuestros hijos. Pero a la par que estamos buscando alcanzar la equidad en el trabajo (misma paga y oportunidades que nuestros colegas hombres), también necesitamos buscar y alcanzar la equidad en la casa. Para esto no existe gobierno o políticas internacionales que nos puedan ayudar. Necesitamos ser nosotras mismas quienes impulsemos ese cambio. Hombres y mujeres somos padres y necesitamos compartir la responsabilidad, tanto de los deberes domésticos, como de la provisión de cuidados primarios a nuestros hijos.

Las mujeres necesitamos ser apoyadas y la responsabilidad debe ser compartida. Yo no podría desarrollar mi carrera si tan solo recibiera “ayuda”. La ayuda es buena, pero no es suficiente. Necesitamos un sistema completo de apoyo, dentro y fuera de casa, y mientras existan cada vez más hombres que se atrevan a solicitar permiso para llevar a sus hijos a la cita con el doctor, por ejemplo, estaremos empujando el sistema. Si las empresas empiezan a recibir más y más solicitudes de permisos por parte de sus empleados, tanto hombres como mujeres, para llevar a cabo actividades parentales (tales como pláticas con maestros, asistir a torneos deportivos, citas con el doctor, etc.), entonces el sistema podrá construirse sobre una base de equidad, sin importar si es hombre o mujer el que solicite el permiso.

Ser mamá de tres niñas menores de cinco años es una ecuación complicada. Está claro que no puedo representar todos los roles al mismo tiempo, considerando tantas variables. Flexibilidad es la palabra clave, y esta palabra debe ser entendida y apoyada por todos los participantes en la ecuación, mis hijas, mi esposo, mi jefe, mi empresa, por ejemplo. No puedo tener todo y dar todo al mismo tiempo. Algunas veces mis niñas se enfermarán y necesitaré tomar tiempo de mi horario de trabajo para cuidar de ellas, otras veces requeriré irme de viaje de trabajo y es un hecho que mi familia me va a extrañar, o quizás habrá otras en las que, mi trabajo y mis obligaciones de mamá, me robarán toda mi energía y tiempo, y la única manera en que mi esposo me verá será dormida.

Mis hijas no pueden tener actividades extracurriculares durante la semana y yo no espero tener tiempo para poder relajarme. Nuestro tiempo libre es limitado. La empresa para la cual trabajo otorga a hombres y mujeres 40 horas de nuestra rutina laboral al año para poder dedicarlas a cosas personales, también nos permite trabajar desde casa si así lo necesitamos. Yo cuento con todo el apoyo de mi jefe. Mi esposo es el encargado de preparar y empacar el almuerzo de las niñas. También pagamos otros servicios tales como niñera para antes de que entren o después de que salgan las niñas de la escuela o guardería, así como de limpieza de la casa, dado que nuestro tiempo es limitado. He renunciado a la perfección y he dejado que otras personas se hagan cargo en la mejor manera en que pueden. Mis hijas escogen su propia ropa y se visten por sí mismas. Mi esposo hace las compras de la casa. Soy honesta con mi jefe cuando no puedo responsabilizarme de nuevos proyectos y no me afano en supervisarlo todo, para así poder disfrutarlo.

He encontrado un lugar desde donde puedo ser feliz, disfrutar a mi familia y crecer profesional y personalmente, en tiempo presente. Presiono desde donde me encuentro para que se abran mayores espacios para mujeres profesionistas. Mediante el ejemplo les enseño a mis tres hijas que pueden aspirar a tener una profesión y una familia a la vez. Todo lo que necesitan es creer que su sueño valdrá el esfuerzo!.

Yadira Chapa es ingeniera en sistemas, mamá de tres hermosas niñas, de 5, 4 y 1 año de edad respectivamente; le encanta la naturaleza, comer chocolate y pasear con la familia.

 

What can I and other women learn about asking, from Taylor Swift’s forcing Apple to pay artists?

Generated by  IJG JPEG Library
Getty Images

“Ask for what you want.

Give other people the opportunity to say ‘yes.’

Stop saying ‘no’ for them.”

~Roger Ellerton

It was marvelous, to watch Taylor Swift making waves into the music industry. Apple had unilaterally decided to not paying artists any royalties while offering their work for free via Apple Music, and she dared to question this decision. For me this was a properly timed teaching, impossible to ignore. A teaching coming from a woman making a big daunting ask and feeling empowered and comfortable in her own skin while doing it. This got me thinking, and further concluding the following:

  • Asking for what we want is a HUGE deal for most of women around, myself included.
  • It is not just ok to ask for what we want, but it is also necessary that we do so before we care about other people’s needs.
  • In case this reasoning is not compelling enough, there is always the communal motivation to reach out.

Allow me to explain myself.

A few weeks ago I was invited to collaborate in the production of content for a very important event for entrepreneurs in my hometown. I was invited as co-founder and director of Womerang, jointly with several other pro-women’s rights initiatives in Monterrey, México. At the meeting, we exchanged opinions about the situation we as women have to face in order to develop our careers in a world which rules have been set forth for men, by men; where we women have to face the dilemma of pursuing the career of our dreams while also fulfilling other roles such as of mothers and wives.

The meeting was about to end when, the only man in the room, a very respectable academic said, “you should also consider that, being part of this event, can be a huge showcase for your organizations”, to which the woman who was leading the meeting scarcely agreed.

I left the room feeling somehow uncomfortable, but unable to put into words what the discomfort was about. I felt that, by not stressing out loud the potential benefits / earnings / consideration / reward, you name it, we would be able to obtain through the proposed collaboration, organizers were tacitly taking for granted that we were going to be more than willing to collaborate with them.

Please do not take me wrong. I love giving; I use to get out of my way to do so. I am now formally mentoring young women, and run a free mentoring program to empower them in the professional and personal field, I do this because, after I became a mom, I was somehow forced to decide between pursuing the career I had dreamt about, for which I had prepared very much, or being the kind of mom I wanted to be.

It took me long to be able to say that I wanted to keep working, and further more to allow me to change careers. While I remember those as some of the most challenging moments of my life, I finally found light at the end of the tunnel, and that is how Womerang started, with the aim of building an authentic (and I can’t stress this enough) support network that brings women closer to top leadership positions, from where we can permeate traditional labor structures, with more flexible concepts that allow us both, women and men, to reach our own definition of balance.

I was caught in the dilemma of speaking out loud about my discomfort or saying nothing at all because I did not feel empowered enough to do so, then Taylor Swift happened. She raised her powerful voice into the music industry, to challenge a giant, and Apple had no choice but to back down, learning first hand “the danger of taking on a woman who knows what she’s worth.”

It is not a secret that we women have a much harder time than men in asking what we need and desire. Linda Babcock, author of the 2007 best seller “Women Don’t Ask”, found that we women often find it hard to ask because sometimes we do not know what we can ask, or may be we fear to society’s bad reaction when we assert our own needs and desires. Lecturer Jean Clemons from Wharton also holds that “Men ask for things — whether it’s jobs, raises, projects, engagements — two to three times more than women.”

When talking about women helping more in workplaces around the world, but benefiting less from it, Sheryl Sandberg and Adam Grant hold that the most important change that we women have to do “starts with a shift in mind-set: If we want to care for others, we also need to take care of ourselves.” More importantly, they have found, through numerous studies, that “women (and men) achieve the highest performance and experience the lowest burnout when they prioritize their own needs along with the needs of others.”

But in case this may not be scientific reason enough to convince you (and me) that we should be asking for what we deserve, there is a hack I have come to learn under what Professor Margaret A. Neale calls “the communal motivation” in asking for more, this is that, by taking the “this is not about me, but it’s about what I can do for you” approach, we alleviate the negative reputational effects that asking has for us women.

I wonder whether Taylor Swift actually felt she needed to reach out to communal motivation in order to make her ask, or it’s that she just felt more comfortable doing it. In either case, she made a great use of this resource when addressing her letter, by expressly mentioning that her main concern were the artists who could not afford not receiving royalties for the time formerly set forth by Apple, and not the money she would not be making during that time. This makes me admire her even more. And even though, I am way far from being the amazing star she is, I now feel I share something with her, and this is precisely the entitlement to ask for what I and other women deserve.

A piece of great advice that I recently read says that, “learning to ask is like flexing a muscle. The more you do it, the easier it becomes”, so I am starting now. And this I tell you from the bottom of my heart, if you want to be seen by others, you need first to be seen by yourself.

Today I choose to believe that, by asking what I deserve neither makes me selfish nor a capitalist pig (ok, may be just a capitalist, and that is just fine), so I am stopping saying no on your behalf, and I am giving you the opportunity to say yes to me, you know who you are.

And while I am doing this for me, I am also doing it for all of those who are not yet empowered enough to ask for what they deserve, which fact does not make them less entitled to it.

Sincerely,

Norma Cerros

Norma Cerros is Co-Founder & CEO of Womerang.

“Nuevo rumbo” por Karla Leal

Desde que tenía 17 años, sabía claramente el camino que debía seguir para lograr mis metas. Los años me fueron llevando a convertirme en una abogada bilingüe, con una maestría terminada y otra en proceso, estudios en el extranjero y una variedad de cursos tomados. El camino estaba trazado y yo lo seguía al pie de la letra.

14 años han pasado y ahora tengo 31 años, estoy casada y tengo un hijo de casi 3 años y después de mucho estudio, mucho esfuerzo y una carrera profesional formada, me vengo a replantear mi vida, mis logros, mis metas. Sucede que en el momento que pensaba que tenía todo definido profesionalmente y un “equilibrio” familiar adecuado, pierdo mi trabajo.

Ese momento fue crucial para reconsiderar los reales objetivos de mi vida. Después de un tiempo de resistencia y de querer regresar a lo que tenía antes, después de considerar que ya no era útil socialmente, llegó a mí una visión. De repente, sentí como si hubiera estado en una especie de letargo por largo tiempo, como si hubiera estado en un cuarto oscuro en el cual sabía moverme con facilidad, aún oscuro, ya me había aprendido las paredes, los obstáculos, estaba cómoda y feliz, jamás pensé en salir de ahí, sin embargo, tal movimiento brusco en mi vida profesional me obligó a abrir la ventana, abrir la puerta, salir y ver la luz. Esa luz fue convivir con mi hijo, mi esposo, mi familia y amigos en una forma diferente, sin presiones y esto me hizo darme cuenta que no sabía nada, que mis metas estaban mal establecidas. De pronto, caí en cuenta que mi vida no era equilibrada, estaba estresada todo el tiempo, siempre estaba corriendo, nunca tenía tiempo de nada y lo más importante de todo, mi proyecto más importante en la vida, estaba desatendido, mi hijo.

Comprendí que a sus casi 3 años no nos conocíamos, casi no convivimos y cuando lo hicimos no era de la forma adecuada, mi estabilidad no me permitía estar presente positivamente. Cuando me di cuenta de eso, decidí darle un nuevo rumbo a mi vida.

La presión social es grande, la gente que nos rodea y nosotros mismos nos exigimos ciertos estándares. ¿Cómo puede haber una persona con tanto estudio que no trabaja? ¿para qué te pague todos esos estudios, si ibas a terminar así?, y, ahora que tienes tanto tiempo en casa, puedes dormir mucho ¿verdad? Nada más fuera de la realidad. Así se escuchan miles de preguntas, algunas de ellas no vienen del exterior, sino de nosotros mismos. Una mujer de 30 años en esta generación que tiene tanto estudio, tiene una lucha interna impresionante, una cantidad de dudas que jamás permitimos externar. Definitivamente, entendí la frase célebre que dice: la crisis es una oportunidad para el cambio. Sin duda alguna, enfocar mi energía en mi “proyecto bebé”, fue algo que me remuneró de forma indescriptible. Simplemente, no conocía ésta faceta, no sabía de lo que era capaz, no sabía qué tanto me necesitaba mi hijo y no tenía idea cuanto yo lo necesitaba a él. No sólo hablo de la cantidad de tiempo que pasaba con él. Definitivamente, mi hijo necesitaba, más que tiempo, una mamá con sanidad mental.

Yo tuve que luchar conmigo misma, contra los prejuicios que tenía de las mamás de casa, luchar contra ideas equivocadas. El tiempo en casa es cansado, es retador, estar todo el día con los hijos también puede hacerte cuestionar tu sanidad mental, tu paciencia. La etapa de madre en casa, es un reto, igual que un trabajo, sólo que tu jefe eres tú mismo y parecemos mucho más estrictos con nosotros mismos que con los demás. Cuando dejé los paradigmas fuera y tomé ciertas decisiones, mi vida cambio. Descubrí mi lugar. Éste era mi lugar y me sentía plena, feliz y nunca pensé llegar a sentirme así en mi nueva etapa.

Definitivamente, haber descubierto que me agrada esta nueva faceta de mi vida, me hace replantearme la decisión de la carrera que elegí, cuando ya tenía todo sumamente calculado en lo profesional, ahora me planteo la posibilidad de trabajar medio tiempo, de trabajar con horarios flexibles y poder dedicarle tiempo a mi hijo y dedicarle tiempo a mi parte de mamá, porque el tiempo que pasas con tus hijos, sea la cantidad que sea, es un regalo que te haces a ti misma, un regalo que le haces al mundo, porque los hijos que tienen padres presentes, sin importar el tiempo que puedas darles, llegan a ser niños felices, seguros, son niños que van a hacer una diferencia, niños que van a aprender a querer, a tomar decisiones y a priorizar en la vida.

Descubrí que hay que respetar las decisiones de cada mamá, ya sea trabajar fuera de casa, medio tiempo o no trabajar. Cada mujer sabe lo que la hace feliz en la vida y una mamá feliz, siempre llevará armonía al hogar.

Luego llegó el dilema, hace unas semanas me hacen una propuesta laboral muy parecida a la que tenía con anterioridad, buen sueldo, buenas prestaciones, pero desafortunadamente sin horario flexible. Tuve noches sin dormir, dialogué infinidad con mi esposo, consideré opciones y hasta escuché audios de cómo tomar decisiones difíciles. Fueron días angustiantes de saber que tenía en mis manos la estabilidad y saber que la carrera que había elegido me tocaba la puerta de nuevo. Todo esto a cambio de perder tiempo, el sagrado tiempo con mi hijo. Fue muy difícil, pero tuve que hacerlo, rechacé la propuesta, en otras palabras rechacé volver al cuarto oscuro, al cuarto cómodo. ¿Por qué? Sencillo, porque después de haber saboreado todo esto que no conocía, no podía volver a soltarlo, después de que formé una relación nueva con mi hijo, era imposible pensar que algo era más valioso. Tomé la decisión de rechazar la propuesta y empezar a buscar una oferta laboral con horario flexible.

Tengo muy claro que quiero seguir mi vida laboral, pero no puedo volver a entrar en ese cuarto con oscuridad total. Tal vez si me abrieran un poco la ventana… Eso busco ahora.

Yo trabajé desde que me gradué y definitivamente viví en carne propia la dificultad de equilibrar trabajo y familia. La mayoría de las empresas establecidas en México simplemente no tienen la disponibilidad de facilitar la convivencia. Sólo quienes somos mamás comprendemos lo difícil que es dejar al bebé en la guardería por 8 horas o más diarias, trasladarte desde un lugar lejano, llegar a tu casa, hacer de cenar y dormir porque no hay tiempo y ni qué decir de cuando se enferma el bebé o pase algún otro imprevisto, porque las cosas se complican y hay que pedir permisos en el trabajo, descontarlos de días de vacaciones, etc. Simplemente es hacer acrobacias con el tiempo, la energía y el equilibrio mental. Es muy difícil, es un eterno cuestionarse si vale la pena, si esto es lo que necesita la familia, es un eterno dilema, en la mayoría de las mamás que conozco que laboran.

En muchas empresas, los horarios son inflexibles, hay problemas si una mujer se embaraza, no otorgan beneficios básicos como el tiempo de amamantar establecido en la Ley Federal del Trabajo. Hay muchos lugares de trabajo con esas características y es por eso que mujeres como yo, nos vemos en la necesidad de buscar otras opciones flexibles, porque México está cambiando y ahora las hay, son escasas, pero las hay.

Afortunadamente, después de rechazar la vacante anterior, me encuentro aplicando para otra vacante en una empresa que se preocupa por el bienestar de sus empleados. El trabajo será arduo, pero el horario flexible. Las mujeres somos multitareas, sabemos que es posible, si nos dan la oportunidad, realizar el trabajo a tiempo y cumplir con la familia, sólo necesitamos un poco de tiempo y comprensión por parte de la empresa. Nosotras somos capaces de mucho, somos fuertes y somos comprometidas, la mujer es un activo muy importante en todos los ámbitos de la vida.

Mis respetos para esas mamis que se quedan en casa, es difícil y para esas mamis que trabajan, muy difícil también. Todas las mamás estamos haciendo el trabajo más importante de nuestras vidas y el más desafiante, criar un hijo, pero, a su vez, el trabajo más gratificante de todos, verlo crecer como una persona de bien y darle las herramientas para que si en alguna ocasión se encuentra en un dilema como éste, entre trabajo, vida y familia, pueda tomar la decisión correcta y sienta paz consigo mismo.

La vida es sólo una. Tomemos la decisión que nos haga más felices, cualquiera que esta sea. Yo la tomé y nunca he estado más en paz. Deseo definitivamente lo mismo para todas ustedes.

la foto

Karla Leal es abogada de profesión, mamá por vocación, apasionada en todo lo que hace, amante de la música y admiradora de Milán Kundera.